Esperanza para los barrios duros. Tres Coronas que no se arrugan. Provenientes de las calles narcotizadas de Nueva York, París y Bogotá, donde perro sí come perro -como lo cantó Lavoe- y las vitrinas no reflejan estúpidas caras de turistas.
De aquellas calles, llenas de indigencia moderna, lujo, stress, dolor y adrenalina, Tres Coronas ha succionado sus representativos flows, rimas y beats. Es una red organizada, punzante, con el serpenteo de quien no tiene piel de novato en este oficio. Historias que sí. Sin ficción. Puras como los kilos que honoraron a Pablo Escobar. Ciertas como toda la violencia que nutre nuestras vidas.
Rocca (a.k.a. Chief), P.N.O. (a.k.a. Guajiro) y Rey Chesta (a.k.a. Arma Secreta), integrantes de Tres Coronas, unieron esfuerzos hace más de un año. Rocca, rapero parisino de padres colombiano y quien comenzó su trayectoria con el grupo La Cliqua -en la Francia pluricultural que desplazó la idea fascista de la pureza; incluso ya mantenía contactos con P.N.O. mucho antes de formar como trío. P.N.O., de padres colombianos y crecido en Brooklyn Sun Set Park, había trabajado en Bogotá con un grupo llamado C.T.O. y conocía al dominicano Reychester gracias a un contacto del productor neoyorquino Spank. P.N.O. y Ray Chesta luego se trasladarían juntos a Corona Queens (NY).
Como Tres Coronas, Rocca (quien en solitario ha publicado tres álbumes en francés para Universal y además ha trabajado junto a artistas como Big Red y Gallegos) venía construyendo un repertorio serio junto con P.N.O. mucho antes de la inclusión de Ray Chesta, a quien Rocca conoció por recomendación del segundo. Así llegaron a la conclusión de algunos demos, nada tan serio €“sin embargo- como lo que enfrentarán en este 2003, cuando la hora de publicar su primer material oficialmente ha llegado: Tres Coronas Mixtape, un álbum exclusivo para Colombia con los sellos de Parcero Productions y 5-27 Records.
Aquí, por procedencia familiar y manejo del idioma, Tres Coronas (sin duda) le moverá la cabeza y el piso a la población rapera de todo el país. No es un secreto que esta gran masa de público lleva un buen tiempo adormilada ante la ausencia de un álbum que reivindique el poder del hip hop en español, más aún cuando el mundo y la cultura latina forman parte vital de otras geografías raperas como la europea y la norteamericana.
Tres Coronas tiene la forma para hacerlo. Además de la experiencia individual y colectiva de Rocca está el camino recorrido por P.N.O. (firmado por disqueras independientes como Correct Course Records) y Ray Chesta (quien ha trabajado para otras figuras como Qualifi); así como el peso de una situación particular: tres voces, tres procedencias y tres personalidades diferentes que se compactan sin perder su registro individual; tres cronistas urbanos curtidos con la azarosa miel de metrópolis bellas y fulminantes como París, Nueva York y Bogotá D.C.
En esta última ciudad y en el último mes del 2001, precisamente, Tres Coronas tuvo una importante cita con el público rapero. En un viernes frío de diciembre, Rocca, P.N.O. y Arma Secreta saltaron a la tarima del Palacio de los Deportes (junto con los veteranos de La Etnnia), ante mil personas que aguantaron más de un año para poder ver un espectáculo decente de hip hop.
El cartel anunciaba a Tres Coronas como soporte de la presentación del nuevo y cuarto álbum de la agrupación bogotana La Etnnia, pionera de todas las guerras y acontecimientos que el hip hop colombiano libra en su propio territorio y fuera de este. En ese sentido, Tres Coronas fue primera en darle ON al €œmic€?, en una presentación de una hora que muchos, en este país de guerrillas, paracos, campeones, gente echada pa€™lante y mujeres sin par, maldicen haberse perdido.
Esto, aunque suene promiscuo e irresponsable, puede darle pie a cualquier entendido sobre el futuro exitoso que puede encarnar Tres Coronas por su propio pulso y suerte. Augurar el éxito de gente nacida para doblar las lenguas de los incrédulos no es un acto de fe, sin embargo. Es la idea más lógica que sugieren estos tres nuevos capos del tráfico internacional de flows, que en el segundo semestre del 2002 se presentaron en España (Festival Viña Rock) y de nuevo en Colombia (Bogotá), en el marco del festival Hip Hop al Parque y ante más de seis mil personas que ese día poblaron todas las graderías del Teatro Al Aire Libre La Media Torta.